Pinita Gurdián, la matriarca que no se pudo despedir de su hija y su nieta desterradas por Ortega

Aug. 29, 2023

El Gobierno sandinista le decomisó su pasaporte en 2021, lo que le impidió salir del país para tratarse del cáncer que padecía. Pese a su enfermedad, no dejó de exigir la liberación de sus familiares

Wilfredo Miranda
San José - Aug 29, 2023 - 00:30 EDT

La situación clínica de Josefina Gurdián, conocida en Nicaragua como doña Pinita, era compleja: una carcinomatosis agresiva y una ileostomía que minaban su salud desde noviembre de 2021, cuando estuvo al borde de la muerte entubada. Contra los pronósticos reservados, salió del hospital y, pese a su enfermedad, nunca dejó de reclamar por la liberación de su hija y su nieta, Ana Margarita Vijil y Tamara Dávila, ambas presas políticas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

A pesar de su condición médica, doña Pinita asistió a las pocas visitas familiares que le permitieron en la cárcel de El Chipote. Una vez se desmayó, otra la obligaron a desnudarse para poder ingresar. Cada día perdía más facultades físicas, pero no el empeño por ver a su hija y su nieta libres: firmaba comunicados y daba declaraciones a organismos de derechos humanos. Esa incansable denuncia pública le trajo represalias por parte del Gobierno de Ortega y Murillo cuando en septiembre de 2021 le prohibieron salir de Nicaragua y le confiscaron su pasaporte, una arbitrariedad que, según su familia, terminó influyendo en su muerte a los 79 años, ocurrida este domingo en Managua.

Su deceso conmovió a Nicaragua, donde fue una conocida emprendedora y empresaria de la gastronomía tradicional que editaba recetarios y tenía un programa de televisión. Antes de que los médicos descubrieran la carcinomatosis, doña Pinita ya había padecido otro cáncer. Logró ganarle la batalla a la enfermedad con quimioterapias, pero en 2021 le volvieron a detectar unos nódulos muy raros en el peritoneo. Le realizaron un examen especializado que en Nicaragua no existe: un PET City Scan. Pudo realizárselo en Chicago, Estados Unidos. Allí, el médico le dijo que se volviera a realizar el procedimiento tres meses después, ya que no había certezas de que el cáncer hubiese regresado. En esas mismas fechas, en Managua, la hija y la nieta de doña Pinita fueron capturadas por la policía y procesadas por los delitos políticos: “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “conspiración”.